Frederiksberg es una pequeña ciudad dentro de Copenhague. Tiene una identidad administrativa y unas autoridades propias que lo convierten, incluso, en el quinto ayuntamiento con más población de Dinamarca. Sin embargo, pese a esta diferencia, nadie puede separar Frederiksberg de lo que es la capital en sí.
El barrio tiene como eje principal la calle de Falkoner Alle, en la que se concentra la mayor parte de la vida comercial de la zona. A lo largo de esta calle o en las que la cruzan se pueden encontrar las sucursales de los principales supermercados de la ciudad, además de la mayor parte de tiendas de informática y electrónica de la ciudad. La propia gente de Copenhague tiene la percepción de que los precios son algo más bajos en las tiendas de aquella calle que en el resto de la ciudad, aunque es algo que personalmente dudo mucho. Además, en ella se encuentra uno de los principales centros comerciales de la capital, Frederiksberg Centre.
Además de esta zona comercial, Frederiksberg es principalmente un barrio residencial de clase media-alta que, además de ser muy tranquilo, tiene la ventaja de estar situado muy cerca del centro de la capital, lo que hace que cualquier desplazamiento a él lleve apenas unos minutos en bicicleta, o aún menos si el viaje se realiza en el Metro, que resolvió hace unos años la ausencia de una conexión por ferrocarril eficaz con la estación central.
El límite entre la ciudad y Frederiksberg está marcado por los lagos. A un lado de ellos está el centro de la ciudad, mientras que al otro se encuentra el barrio en sí. En su frontera oeste, Frederiksberg comparte con Vesterbro algunos atractivos como el edificio del planetario- junto a los lagos- o la fábrica de Carlsberg.
Palacio y parque de Frederiksberg
Uno de los caminos más interesantes para llegar al centro del barrio sale de la calle de Vesterbrogade, que se prolonga desde la estación central hasta el oeste, y que se bifurca en una amplia avenida llamada Frederiksberg Allé, que conduce hasta la entrada del parque del barrio, que en realidad son los jardines que pertenecen al Palacio de Frederiksberg, del que se tiene una bonita perspectiva desde alguna de las praderas del parque. El lugar es especialmente interesante cuando hace buen tiempo, ya que las praderas se convierten en los mejores espacios de la capital para tumbarse y disfrutar del sol.
Junto a la entrada al parque se encuentra también el acceso a la Sociedad Hortícola Danesa, en la que se muestran diversas muestras de jardines y, al otro lado de la calle, la iglesia octogonal de Frederiksberg, que data del año 1734.
En esta zona de la ciudad también se encuentra el zoo de Copenhague, en el que se pueden disfrutar de varios ambientes y especies exóticas en un reducido espacio de terreno.
También merecen una visita el ayuntamiento, al final de Falkoner Allé, en la esquina de Allegade con Gammel Kongevej, que funciona un poco como el punto central del barrio y el Bakkehusmuseet, en el límite sur, que fue la casa del autor Knud Lyne Rahbek y conserva objetos de la época dorada literaria de Copenhague.